Cuestionario a los partidos políticos ante las próximas elecciones municipales

 

A LOS PARTIDOS POLÍTICOS QUE SE PRESENTEN A LAS PRÓXIMAS ELECCIONES MUNICIPALES: ¿QUÉ PIENSAN SOBRE EL CENTRO HISTÓRICO Y EL MODELO DE CIUDAD?

Se acercan las elecciones municipales y desde la Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga nos gustaría compartir con ustedes y sus partidos algunas ideas sobre lo que más nos preocupa como ciudadanos en relación con el Centro Histórico y el modelo de ciudad. Al mismo tiempo, nos encantaría saber cuáles son sus enfoques sobre las distintas cuestiones que les vamos a exponer. Les agradeceremos que pongan por escrito su propuestas en relación con todos estos temas y respondan a nuestras preguntas. Les aseguramos que haremos llegar sus propuestas y respuestas a nuestros socios y sus familias.

UNO. EL CENTRO: NO SOLO ES UN LUGAR DONDE HACER NEGOCIO

El Centro Histórico de Málaga, como el de otras ciudades, se ha venido transformando de manera muy rápida en un lugar en el que se concentra una gran actividad inversora: apertura de bares y restaurantes, transformación de viviendas hacia un uso turístico, edificios de viviendas convertidos en hoteles o apartamentos, reconversión del comercio habitual en actividades comerciales franquiciadas, pensadas sobre todo para los visitantes… Es un Centro que el modelo económico vigente, centrado en el turismo, concibe solo como localización óptima de las inversiones.

Lo decimos una vez más: nos parece una política suicida seguir avanzando y potenciando la desaparición en el Centro de las formas de vida propias de una auténtica ciudad y su conversión en un mero centro comercial abierto, un espacio estéril. Sobre todo en ciudades como la nuestra, en la que esa forma de vida tradicional es uno de los principales atractivos, porque hay poco más. Es imprescindible provocar un giro radical, e implementar todas las medidas necesarias para ello.

  • ¿Cuál es su modelo de ciudad, y dentro de este, el papel del Centro Histórico? ¿Algo parecido a una City anglosajona, un lugar eminentemente de localización de inversiones y de turismo extractivo, o más bien un lugar donde vivir? ¿Cuál es su concepción de ‘turismo sostenible’?

DOS.  EL CARÁCTER RESIDENCIAL DEL CENTRO

El Centro de Málaga tiene la condición de residencial en el PGOU. Otros usos son compatibles, pero prima siempre el uso residencial, y así debe seguir siendo, pues es el que garantiza no solamente la calidad de vida de los malagueños sino ese necesario atractivo que debe tener una ciudad que quiere que su turismo sea sostenible. Esto debe ir soportado por una planificación urbana eficaz, que contemple y ordene los usos pormenorizados de toda la zona, para impedir el avance de la turistificación y la gentrificación. Será la única forma de contener la expulsión sistemática de vecinos de sus viviendas por el desbocado incremento de los alquileres, algo que está creando un verdadero problema habitacional en una ciudad en la que ya ni los estudiantes universitarios pueden arrendar un mísero cuarto, o la venta de las mismas por sus propietarios por agotamiento en su lucha contra  el modelo económico del monocultivo turístico. Además, el Centro se ha convertido en un espacio hostil para familias y niños, y es imprescindible un plan para invertir esta tendencia y transformarlo en un ámbito amable en el que las familias puedan vivir con las mínimas comodidades.

Es ya urgente abordar aspectos tales como el vertiginoso incremento del precio de los alquileres, las viviendas turísticas, la sobreexplotación de la hostelería o la invasión de la planta hotelera, y todo ello a través de los instrumentos de planeamiento, ya sea haciendo cumplir los hoy vigentes o introduciendo las modificaciones precisas.

  • ¿Cuál es la postura de su partido respecto al carácter residencial del Centro? ¿Qué medidas barajan para contener el precio de los alquileres y para fomentar la implantación de los vecinos en el barrio? ¿Tienen algún plan para repoblar el centro y convertirlo en un hábitat adecuado para familias y niños? ¿Contemplan algún tipo de regulación o restricción para controlar la hipertrofia de las viviendas turísticas, al estilo de ciudades de nuestro entorno? ¿Cuál / cuáles? ¿Piensan que las viviendas turísticas son una actividad económica que no tiene cabida en suelo residencial? ¿Tienen algún plan para evitar la sobreexplotación de la hostelería y la invasión del espacio público?

TRES.  LAS CARENCIAS HISTÓRICAS

Existen aspectos de la vida en el Centro que ponen en evidencia una serie de carencias tradicionales:

TRES. UNO.  LOS ESPACIOS DE ENCUENTRO Y LAS ZONAS VERDES

Contemplar la ciudad desde Gibralfaro es desolador: la ciudad colmada que hemos construido a lo largo de los años carece de espacios abiertos, más allá de unas pocas plazas; no tiene tampoco zonas verdes, aparte de algunos puntos mínimos. El modelo de desarrollo de la arquitectura de la ciudad solo se ha preocupado por rellenar espacios y no por compatibilizar armónicamente los vacíos y las construcciones.

Necesitamos, más que abrir espacios nuevos, porque es muy difícil en la ciudad consolidada, hacer posible el uso libre, abierto y generalizado de los espacios para los ciudadanos y rescatar buena parte de las superficies hoy día consagradas a la hostelería.

Es imprescindible cuidar los escasísimos y maltratados árboles plantados en nuestro barrio, y ampliar en todo lo posible estas reducidísimas zonas verdes con especies adecuadas –árboles de porte-, cuidando los alcorques y zonas ajardinadas y evitando el vandalismo.

Mención especial hay que hacer a las condiciones de accesibilidad existentes en el Centro, muy limitadas por todo tipo de obstáculos, sin que se contemple el respeto de las normas ni siquiera cuando se realizan obras de remodelación urbana.

  • Como les decíamos en el anterior punto, ¿tienen algún plan para evitar la invasión del espacio público? ¿Cuál es su postura sobre los espacios públicos de uso común? ¿Qué harán para cuidar las escasas zonas verdes del barrio? ¿Piensan plantar más árboles y ampliar los jardines? ¿Cómo piensan mejorar las condiciones de accesibilidad?

TRES. DOS.  EL DEPORTE

El Centro Histórico carece absolutamente de zonas deportivas cerradas, como pabellones o centros deportivos, y tampoco las tiene abiertas. Sería muy importante contemplar el destinar a este uso espacios o inmuebles que se puedan liberar para este fin, e incentivar la inversión privada en ese ámbito.

  • ¿Qué planes tienen para mejorar las dotaciones deportivas del barrio?

TRES. TRES.  LA MOVILIDAD

Las condiciones de movilidad en el Centro, lógicamente muy mermadas ya de partida, exigen un tratamiento decidido de algunos de los problemas endémicos del Centro.  Así, la carga y descarga, sector en el que se precisa una regulación mucho más restrictiva, pues se sigue produciendo de manera muy poco controlada. O el aparcamiento masivo de motos, que impiden el paso en demasiados lugares de la zona.

Se debe asimismo garantizar en la medida de lo posible el acceso de los residentes para acciones de carga y descarga e incrementar las plazas de aparcamiento verdes para residentes, en detrimento de las azules.

  • ¿Qué solución plantean para mejorar los problemas endémicos de accesibilidad del Centro? ¿Incrementarán las plazas de aparcamiento verdes para residentes o seguirán como hasta ahora reduciéndolas progresivamente?

 

TRES. CUATRO.  LOS RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS

Las carencias en la gestión y tratamiento de los residuos sólidos urbanos en toda la ciudad se acentúan especialmente en el Centro. Aquí conviven un sistema mixto de contenedores soterrados y contenedores en superficie con un sector hostelero que genera un volumen de detritos que en muchas ocasiones sobrepasa la capacidad de recogida actual. A estas carencias estructurales se suman los problemas generados por las actividades extraordinarias y las acumulaciones de personas (y sus deshechos) que acuden al Centro para eventos de todo tipo y condición. Ante ello, es necesario recordar los antiguos conceptos de las tres ‘R’ –Reducir, Reutilizar y Reciclar- que subyacen en todos los procedimientos civilizados de gestión de los residuos.

  • ¿Qué sistema de gestión y recogida de residuos sólidos plantean para el Centro? ¿Creen posible reducir el elevado volumen de residuos generado por la actividad hostelera? ¿Cómo?

CUATRO.  LA ACTIVIDAD ECONÓMICA RESPONSABLE. UN VERDADERO PLAN ESTRATÉGICO

Es la actividad que deseamos sin duda. Son bienvenidas todas sus formas: empezando por los comercios tradicionales, de proximidad, pero también los establecimientos de hostelería, bares y restaurantes. Incluso las terrazas, una forma muy nuestra de entender la vida en la calle. Pero todas estas actividades deben sujetarse y cumplir escrupulosamente con la normativa que las regula.

Es muy importante que exista un Plan Estratégico para el Centro, que no puede ser el Plan de la Fundación CIEDES, pues éste solo mira a la actividad económica y su desarrollo y potenciación sin límites, sin considerar para nada los aspectos sociológicos y humanos de los espacios en los que la actividad tiene lugar. Estamos hartos de que se use en vano e inadecuadamente la terminología de la ONU acerca de las diversas Agendas Urbanas y el desarrollo económico sostenible. Términos vacíos de significado en Málaga, que en última instancia solo sirven para maximizar beneficios empresariales, de espalda a quienes deben ser los protagonistas de la ciudad: sus ciudadanos.

  • ¿Creen que es necesario un Plan Estratégico para el Centro? Si es sí, ¿cómo serían sus líneas maestras? ¿Qué harían para fomentar el comercio tradicional y de proximidad? ¿Creen sinceramente que se deben y se pueden aplicar en Málaga los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU? ¿Cómo?

 

CINCO.              LA ACTIVIDAD MUNICIPAL

Entendemos que el Ayuntamiento debe abordar la problemática del Centro de manera especial, utilizando una serie de formas de funcionamiento que prevé la normativa municipal, pero que no se han materializado en la realidad de Málaga. Así,  frente a las funciones genéricas y demasiado escasas de los Concejales presidentes de las Juntas de Distrito, que se limitan a “asegurar la relación constante de la Junta de Distrito con las distintas Áreas funcionales del Ayuntamiento, recabando y proponiendo información respecto de las actuaciones que afectan al Distrito”, que es lo que dice el Reglamento Orgánico, nosotros pretendemos que el Concejal responsable del Distrito Centro tenga las delegaciones del Alcalde en todo aquello que se refiere al Centro: la Vía Pública, el Medio Ambiente, el Urbanismo, o la Policía Local. Son todas competencias perfectamente delegables.

  • ¿Están de acuerdo en dotar de mayor capacidad de actuación a las Juntas de Distrito? ¿Creen que el/la concejal/a de Distrito debería tener delegadas más competencias para poder verdaderamente resolver los problemas?

SEIS.  LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA

Se sabe que es uno de los graves problemas que tenemos los que vivimos en el Centro. Los vecinos estamos esperando desde que se hicieron las primeras mediciones de ruido, allá por 2007, y luego en 2013,  2015 y 2016, a que el Ayuntamiento cumpla con la normativa de protección contra la contaminación acústica. Esto pasa por cuatro aspectos que a veces se confunden:

SEIS.UNO.  Controlar y vigilar los excesos de ruido de ciertos emisores acústicos concretos (determinados bares y locales, algunas terrazas) que por sí solos superan los límites máximos de ruido. Esto hace que llevemos tiempo exigiendo el cumplimiento del Decreto 155/2018, aunque en vano. Las terrazas solo se podrían autorizar según este Decreto si se respetan los máximos sonoros, a cualquier hora del día; deben los empresarios presentar estudios acústicos si pretenden la autorización de las terrazas o su renovación.

Es muy importante que los ciudadanos conozcan de manera transparente las características de las licencias y declaraciones responsables, así como de las autorizaciones de terrazas. Se debe tener información permanente también de los niveles de ruido en todas las zonas conflictivas del Centro. Pensamos como instrumento ideal en una web municipal en la que se tenga disponible en tiempo real toda esa información.

  • ¿Piensan aplicar el decreto 155/2018, que obliga a autorizar las terrazas solo si se respetan los niveles máximos sonoros? ¿Tienen alguna intención de utilizar algún mecanismo –web u otro sistema- para que la ciudadanía tenga información permanente de las licencias de ocupación, las declaraciones responsables y los niveles reales de ruido?

SEIS. DOS.   Aprobación inmediata de una declaración de Zona Acústicamente Saturada que haga frente de manera efectiva a la problemática del ruido generalizado en ciertas zonas, que según todas las mediciones realizadas por expertos independientes son producto de la existencia de establecimientos de hostelería, recreativos o de ocio, y de viandantes. Las medidas que contenga dicha declaración, muy al contrario de la que pretende aprobar hoy día el Ayuntamiento, deben ser las suficientes para asegurar el cumplimiento de los índices de ruido en el plazo máximo de un año.

  • ¿Tienen intención real de declarar la Zona Acústicamente Saturada? ¿Cuáles son las medidas mínimas que según ustedes debería ésta contener para hacer posible el cumplimiento de los objetivos de calidad acústica?

SEIS. TRES.  El propio Ayuntamiento debe replantearse de manera seria las actividades de tipo cultural o social que lleva a cabo en las vías públicas o la autorización que otorga para las organizadas por entidades privadas, ya sea en el campo de la promoción comercial o en el de la responsabilidad social. Entendemos que todas ellas se deben llevar preferentemente a espacios no habitados. Las que deban “necesariamente” realizarse en el Centro, por pertenecer a la esfera de las tradiciones populares, deben serlo con el máximo respeto a los derechos de los vecinos. En todo caso, no debe autorizarse el uso de amplificación o megafonía más que en contadas ocasiones y nunca después de las 23 horas.

  • ¿Van a racionalizar y reducir las autorizaciones de uso social, cultural o comercial de la vía pública? ¿Cómo lo harán? ¿Autorizarán los eventos con amplificación o megafonía? ¿En qué casos?

SEIS. CUATRO.  No es posible compatibilizar  en una misma zona el modelo de explotación turística intensiva del Centro, los derechos de los vecinos al descanso y las actuaciones de música en vivo en las calles. Las autorizaciones para dichas actuaciones musicales se deben limitar a los espacios no habitados y siempre con la obligación de no usar amplificación de ningún tipo, ni percusión. No entendemos por qué razón las personas que pasean o simplemente pasan por estos espacios deben soportar actividades musicales permanentes de ningún tipo. De la misma forma nos opondremos con energía a la posible autorización de actuaciones musicales en las terrazas situadas en lugares habitados. Igualmente, es necesario controlar fenómenos como el aluvión de despedidas de soltero/a que llenan de ruido las calles, y que proliferan ante la pasividad municipal (la no regulación se convierte en un efecto llamada, pues recordemos que  otras ciudades están prohibiendo estas actividades).

  • ¿Van a permitir las actuaciones musicales, especialmente aquellas con amplificación, en zonas habitadas? ¿Pondrán coto a las despedidas de soltero/a?

SIETE.    LA FERIA

Merece sin duda la feria una reflexión especial. No es posible que sigamos teniendo que cerrar año tras año nuestras casas y trasladarnos a otro lugar durante esos casi diez días que dura. El derecho a la diversión de las personas que bajan al Centro no puede anteponerse al derecho fundamental al descanso de los vecinos, porque no son derechos equivalentes.

El número de personas que se concentra, representa ya de por sí un peligro objetivo y un riesgo de seguridad importante. Si a ello unimos el hecho de que este tipo de fiestas gira en buena medida sobre el consumo de alcohol y otras sustancias, se comprende que la Policía Local se vea absolutamente desbordada en las labores de vigilancia y control que deberían realizar pero no realizan. En este caso, el camino correcto no pasa por incrementar la dotación de efectivos policiales, sino por redefinir por completo la Feria del Centro como lugar de diversión. Eso incluye, si se pretende que continúe existiendo, acotar mucho mejor los espacios y sobre todo reducir los horarios.

  • ¿Qué modelo de Feria del Centro plantean? ¿Reducirán los horarios y acotarán los espacios? ¿Diseñarán algún plan para evitar los excesos de residuos y contaminación acústica y los problemas de seguridad?

OCHO.      LA FUNCIÓN DE POLICÍA Y LAS EMERGENCIAS

Se suele considerar a la Policía Local como cuerpo ligado al mantenimiento de la seguridad ciudadana, sin embargo ese no es en absoluto su principal cometido. El principal no es otro que la vigilancia y control del cumplimiento de las ordenanzas, los bandos y otras disposiciones municipales. Sin embargo, cada día más lo ciudadanos estamos llegando al convencimiento de que la Policía Local no está ejerciendo esas competencias de una forma proactiva. Pero no es presentable convertir a los ciudadanos en vigilantes y denunciantes de los abusos e incumplimientos de las normas, que es lo que está haciendo el Ayuntamiento últimamente.

Junto a ello, los problemas y riesgos de seguridad se están incrementando de manera notable en el Centro Histórico, que como sabemos soporta una altísima densidad de viandantes. Sufrimos escandalosas carencias en vías de evacuación y planes de emergencia, y nos encontramos, recordemos, en situación de alarma terrorista. El caso de ambulancias que no pueden acceder a determinadas calles es ya de por sí terrible y muy significativo.

Para ello, sería pues imprescindible un incremento de la plantilla de personal de Policía Local y Bomberos, así como impartir las instrucciones adecuadas a ese personal y dotarlo lógicamente de los instrumentos adecuados y la formación necesaria para utilizarlos. Igualmente, habría que plantear unos adecuados planes de emergencia, con vías de evacuación libres de obstáculos, y una mejora de los servicios públicos destinados a ellos.

  • ¿Cómo mejoraría los servicios públicos destinados a emergencias? ¿Cuál sería el espíritu y forma de sus planes de emergencia para el Centro? ¿Cómo solucionaría los problemas de falta de medios y personal de Policía Local y Bomberos para hacer frente a estos riesgos? ¿Cómo solucionaría los problemas de las vías de evacuación y las dificultades de acceso de ambulancias y bomberos a las calles del Centro?

NUEVE.   EL EQUILIBRIO, EL CONSENSO

Llegamos  aquí a un tema verdaderamente recurrente. Cada vez que los políticos se deben enfrentar a una situación en la que entran en colisión intereses contrapuestos, resulta ya habitual oírles mantener que es preciso siempre alcanzar un equilibrio entre esas opciones contrapuestas, llegar a un consenso. Pretenden en definitiva, por una especie de “deformación profesional” que todos queden satisfechos con su actuación. Y es una intención sumamente loable, pero no es posible soplar y sorber, estar en misa y repicando… No es posible respetar los derechos de los vecinos y al mismo tiempo consentir la realización de actividades de manera insensible hacia aquellos derechos. No cabe poner en la misma balanza derechos fundamentales,  como el del descanso, el derecho a la vivienda o el disfrute de un medio ambiente saludable, con otra serie de derechos que son de naturaleza completamente distinta: el de divertirse, el de llevar a cabo actividades económicas…

No podremos entender y por tanto combatiremos siempre en cualquier sede, incluida la judicial, una idea de equilibrio que implique el incumplimiento de la normativa vigente.

  • ¿Creen realmente que puede haber “equilibrio” o “consenso” cuando por una parte se está sufriendo vulneración de derechos fundamentales y por la otra se vulnera la ley sin recibir sanción? ¿Se comprometen a cumplir escrupulosamente y hacer cumplir la legislación vigente? ¿Cómo cumplirán y harán cumplir las ordenanzas municipales y las leyes autonómicas, estatales o europeas? ¿Harán un verdadero uso de su potestad sancionadora?

LA CUESTIÓN DE LAS ZAS (ZONAS ACÚSTICAMENTE SATURADAS) Y EL ‘LEVANTAMIENTO’ DE LOS HOSTELEROS VISTO POR LOS HABITANTES DE LA CIUDAD

¿Qué sucede en Málaga con las terrazas, los bares y el ruido? ¿Por qué se han puesto así los hosteleros? ¿Por qué dicen que van a tener que cerrar las terrazas del Centro Histórico y despedir a gente? ¿Por qué tanto el presidente de la asociación principal de los hosteleros o el candidato a alcalde por Ciudadanos insisten en que les estamos ‘criminalizando’ impidiéndoles seguir creando riqueza y que el Centro debería cambiar de ser considerado ‘residencial’ a ser considerado ‘turístico’? ¿Los vecinos de la Asociación de Vecinos Centro Antiguo, de la Asociación de Vecinos Centro-Sur Soho Barrio de las Artes, de Romeral Contra el Ruido o los que comentan en las noticias de prensa o las redes sociales son una pandilla de: 1) exaltados o 2) amargados?

 

Vamos a aclarar las cosas y a desvelar mentiras.

1. DE LO PÚBLICO Y LO PRIVADO. En primer lugar, aclaremos la diferencia entre público y privado. El suelo donde se instalan las terrazas es público, de todos los ciudadanos. ¿Y por qué las usan ellos? Porque digamos que hay un ‘pacto social’ que conduce a que en una ‘economía de mercado’ se pueda ceder parte de lo público al sector privado para que éste haga negocio. Pero claro, con algunas condiciones y contrapartidas, y no solo económicas, ya que estamos en un ‘Estado social’: en otras palabras, dejamos que esos empresarios se lucren con lo público puesto que con su lucro generan indirectamente un beneficio a toda la sociedad: empleo, creación de riqueza, prestación de servicios… Las contrapartidas económicas, en Málaga, consisten que en el Centro Histórico, la parte más cara de la ciudad, cedamos el suelo a los hosteleros a 7,32 euros el metro cuadrado de terraza. Recordemos que los precios de mercado de los locales en la misma zona oscilan entre los 15/20 euros en las áreas más inhóspitas a los 170 euros de Larios o los 40/50 que suele valer en calles y plazas peatonales. O sea, que de media y como poco les dejamos el suelo de la calle a una sexta o séptima parte del valor que pagan por el interior (considerando además que todo lo del exterior es superficie útil y productiva, sin áreas improductivas como aseos o almacenes). ¿A condición de qué? De que hagan negocio limpio, contraten y paguen lo correcto a sus empleados, no ocupen más de lo permitido y no molesten con suciedad o ruidos.

2. DEL CENTRO Y LA CIUDAD. ¿Qué es lo que ha sucedido con esas concesiones del Ayuntamiento (o sea, de nosotros los ciudadanos representados por las autoridades municipales) a los hosteleros? Primero hay que recordar que hemos adecentado y peatonalizado todo el Centro Histórico de la ciudad con fondos de la Unión Europea cuyo objetivo era recuperar las formas de vida tradicionales y potenciar la calidad residencial de la zona. Curiosamente, esta peatonalización pagada por Europa (por todos los ciudadanos de la UE) para mejorar la vida del vecindario ha beneficiado enormemente a los hosteleros y a los arrendadores de inmuebles y locales, y ha elevado exponencialmente sus márgenes de beneficio. Pero recordemos (aunque parezca obvio decirlo) que la ciudad es el espacio que hemos inventado para convivir, y que es ahí donde habita muchísima gente con derechos humanos y constitucionales que se supone están por encima de la leyes del mercado. Por eso es una aberración que a un representante político se le ocurra proponer que el centro de una ciudad con historia de casi tres milenios sea declarado de uso ‘terciario’ y no ‘residencial’: el derecho a unas condiciones de vida dignas no puede ser objeto de debate alguno, porque es un derecho constitucional. El centro ‘terciario’ que proponen algunos es un ‘modelo de parque de ocio’, inhabitable por definición: la antítesis del concepto de ciudad.

3. DE LO QUE HA SUCEDIDO CON LAS LICENCIAS. En unos pocos años, coincidiendo con esa recuperación y rehabilitación del espacio público, se han multiplicado los negocios de hostelería. El Ayuntamiento no ha cumplido sus obligaciones de planificación y control, y ha contribuido a la saturación actual concediendo licencias sin cesar (cediendo mal, muy mal, nuestro espacio público, esto es, malvendiéndolo) y dejando hacer sin vigilar ni sancionar los incumplimientos. Hay informes de organismos del propio Consistorio (Observatorio de Medio Ambiente Urbano –OMAU-) que cifraban en un 86 % las terrazas que incumplían la anterior normativa en cuanto a espacio ocupado y elementos instalados en la calle. La nueva norma (Ordenanza de Vía Pública), mucho más laxa y con periodos de ‘bula’ en algunas de sus disposiciones, tampoco parece que se esté cumpliendo. Esta cuestión es más grave de lo que parece: no solo se nos hurta lo que es nuestro (el espacio) dificultando el tránsito y la vida ciudadana, sino que se crean verdaderos problemas de seguridad (ambulancias o emergencias que no pasan por las calles, riesgo de avalanchas, etc.).

 

4. DEL RUIDO Y LAS LEYES. Pero lo que motiva este ‘motín’ de una patronal que como decimos ha sido mimada y consentida gracias a nuestros impuestos y a la permisividad municipal, es por la declaración de ciertas calles y plazas del Centro Histórico y de Teatinos como Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS). Aquí hay que recordar que hay unas cuantas leyes de obligado cumplimiento, europeas, nacionales y autonómicas que protegen al ciudadano de la contaminación acústica: en la UE, la Directiva 2002/49/CE del Parlamento Europeo y del Consejo; en España, la Ley 37/2003, del Ruido, y los reales decretos 1513/2005 y 1367/2007, que la desarrollan; en Andalucía, la Ley 7/2007, de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental, y el Decreto 6/2012, que aprueba el Reglamento de protección contra la contaminación acústica de Andalucía. En resumen, todas esas normas ofrecen garantías a la ciudadanía contra el ruido reconociendo expresamente el derecho al descanso y a la intimidad e inviolabilidad (sonora también) de la vivienda y obligando a los poderes públicos a ‘medir’ las emisiones sonoras.

5. DEL RUIDO Y LAS ZAS. La normativa sobre contaminación acústica se incumple en Málaga, al menos, desde 2008. Los diversos estudios y campañas de medición realizados por el Ayuntamiento (2007, 2013, 2015, 2016, hechos por empresas independientes y homologadas) arrojan resultados de superación evidente de los límites (técnicamente se llaman ‘objetivos de calidad acústica’) durante todo el día en numerosas vías del Centro y prácticamente en todas las calles estudiadas durante el período de noche. Desde que se apreció que se trituraban estos máximos permitidos, ya en 2007, pero sobre todo en 2013, con una normativa autonómica clara en vigor, se tenía que haber iniciado la tramitación de las Zonas Acústicamente Saturadas (que son unos planeamientos compuestos de diversas medidas correctoras tendentes a corregir esas superaciones de los límites), pero esto no se ha hecho. No es pues una cuestión de ZAS sí, ZAS no. Es que obligan las leyes autonómicas, nacionales y europeas. Y casualmente, los informes de las empresas medidoras (como decimos, empresas independientes y homologadas), los estudios de organismos municipales (OMAU) e incluso las ponencias públicas de cargos políticos municipales del Área de Medio Ambiente coincidían en atribuir esa sistemática y desmesurada superación de los límites del ruido a la actividad hostelera: las recomendaciones principales eran reducir su espacio y reducir su tiempo de apertura. Aunque sería muy farragoso detallar todos los plazos, la declaración de las ZAS con las leyes en la mano ya se debió aprobar, a más tardar, en diciembre de 2015. Es decir, la legalidad lleva nada más y nada menos que tres años suspendida.

6. DEL TORTUOSO CAMINO A LA APROBACIÓN DEL ZAS. Todo el proceso de tramitación de la obligada por ley declaración de ZAS ha sido tortuoso: los hosteleros nunca llevaron propuestas a las mesas de negociación (postura que han adoptado también los grupos municipales de Ciudadanos y PSOE), torpedeaban las negociaciones con estratagemas diversas, y se reunían con el alcalde y concejales para presionarles fuera de las mesas establecidas. Uno de los ‘argumentos’ estrella de algunos tertulianos poco informados y empresarios sin escrúpulos es el de la búsqueda de un supuesto “equilibrio”, de una posición consensuada entre los derechos de los vecinos al descanso y los intereses económicos de los empresarios. O sea, que pretenden nada menos que ¡regatear con las normativas y las leyes! No. Aunque les pese, aquí lo que priman son los derechos constitucionales de los vecinos, que se ven conculcados si se superan los límites de ruido máximos previstos, y que protegen las leyes antes citadas. Y así lo entendió también el Defensor del Pueblo Andaluz, que instó al Ayuntamiento a tomar medidas reales y urgentes. El problema ha sido siempre del Consistorio, que engañó a residentes, al Defensor del Pueblo e incluso a los hosteleros responsables dilatando la aprobación de la obligatoria declaración de ZAS.

7. DE LA APROBACIÓN INICIAL. Pese a todo su intrincado y espinoso camino, y tras diferentes pasos previos (solo en este 2018, un primer Acuerdo de la Junta de Gobierno Local en febrero, mociones aprobadas en Pleno, periodos de consulta en Málaga Contesta, nuevo Acuerdo de la Junta de Gobierno en septiembre…) el ZAS se aprobó en el Pleno del pasado 25 de octubre. Ahora, más de dos semanas después, aún estamos a la espera que se publique en el Boletín de la Provincia y comience oficialmente el periodo de alegaciones.

8. DE LO QUE REGULA ESTE ZAS. Muy en resumen, las medidas de esta declaración de ZAS se reducen a una moratoria de apertura de negocios de hostelería en unas calles ya de por sí saturadísimas (poco más de 100 entre el Centro Histórico y Teatinos) y a una reducción de horario de solo una hora de domingo a jueves y únicamente en unos 70 días del año. Por eso no la apoyamos al principio de las negociaciones, por su tibieza; es un ZAS descafeinado pero al menos es un plan de acción y por tanto lo hemos defendido como mal menor. No en vano el Secretario del Ayuntamiento firmó un informe que pedía mayor restricción horaria y temporal para el ZAS. Señalemos que los horarios de las ZAS de Sevilla, Valencia, Madrid, Jerez o Castellón son mucho más restrictivos que los que se plantean para Málaga. Y allí, contrariamente a lo que vaticinan los empresarios malagueños sobre supuestas pérdidas de empleo y de tejido (vaticinios sin ningún fundamento científico, ningún estudio ni informe solvente), no se ha hundido el sector en ninguna de esas ciudades.

9. DE QUÉ NOS PARECE EL ZAS. Los vecinos creemos que las medidas incluidas en este ZAS son manifiestamente insuficientes. Por ello aportamos en todas las mesas de negociación y todos los pasos en los que se permitía la participación ciudadana unas completas y creemos que razonables alegaciones (en línea con las normas de los ZAS de otras ciudades españolas, y sobre todo dirigidas a corregir las causas de la emisión de ruidos: horarios y espacios ocupados). Igualmente, los grupos municipales Málaga para la Gente y Málaga Ahora protegieron el interés público con alegaciones y mociones en Pleno que los vecinos apoyamos. Ciudadanos y PSOE nunca aportaron alegaciones o planes alternativos, ni en las mesas ni en los órganos de decisión municipal. Los hosteleros tampoco (encima de la mesa, claro; por detrás no sabemos qué negociarían). Finalmente, el PP preparó, suponemos que azuzado por la opinión pública, el Defensor del Pueblo y la certeza de que estaba inclumpliendo la ley, una más que tibia propuesta a la que nos adherimos como mal menor, lo que también hicieron Málaga para la Gente y Málaga Ahora. Por ello no son ciertas las declaraciones del candidato a alcalde del PSOE para justificar su oposición al ZAS en el Pleno.

10. DE LA RESPUESTA DE LOS HOSTELEROS. Como se ha demostrado estos últimos días, con una humillación en vivo y en directo a un concejal al que no dejaron entrar en la reciente asamblea de MAHOS (la asociación principal de hosteleros de Málaga) pese a que iba a dejarse allí el orgullo y el mandato del Pleno del Ayuntamiento de octubre, algunos hosteleros están acostumbrados a, en sus palabras, “dar puñetazos encima de la mesa”, declaración que motivó titulares de prensa en 2016 ante los borradores de las ordenanzas de vía pública o el primer borrador municipal de ZAS. De hecho, han conseguido, como han hecho siempre, reunirse rápidamente con su ‘único’ interlocutor, el alcalde. Amenazan con dos medidas a adoptar el día del encendido del alumbrado navideño: un cierre patronal (que ellos llaman “huelga”) o una apertura ininterrumpida durante 24 horas. Recordemos que ambas medidas son ilegales. También piden (o exigen) “autorregulación” del sector, minusvalorando o ignorando los incumplimientos de las ordenanzas de vía pública (recordemos los informes del OMAU, organismo municipal) o la sistemática superación de los niveles sonoros permitidos por la ley. El mercado no se ‘autorregula’, sino que son los poderes públicos los que tienen que hacer cumplir la norma. Además, subrayemos, los representantes de los hosteleros jamás han planteado una sola propuesta de regulación o de autolimitación, ni siquiera en las zonas “dramáticas”, como la plaza Mitjana. Solo han propuesto, paralelamente al grupo municipal Ciudadanos, que sean los vecinos los que insonoricen sus casas… con subvenciones públicas. Algo así como proponer contra los navajazos que los navajeados sean provistos de puntos de sutura y betadine para que se curen… pagados además con dinero público. Nosotros los habitantes de la ciudad creemos sinceramente en que una parte de estos empresarios están equivocados, estamos convencidos de que a medio y largo plazo los hosteleros responsables y cumplidores, que son mayoría, saldrán beneficiados de una normativa municipal adaptada a las leyes superiores y que vele por la armonía entre la vida ciudadana y el negocio. En suma, los empresarios cumplidores de las normas y los vecinos pueden y deben convivir sin problemas, pero para ello es necesario un Ayuntamiento firme que legisle en tiempo y forma y que haga cumplir esas leyes, cosa que no está sucediendo ahora.

 

11. DEL CUENTO DE LA LECHERA DE LA DESTRUCCIÓN DEL SECTOR. Los ejemplos de otras ciudades con regulaciones más restrictivas en sus ZAS y de comunidades autónomas también turísticas que tienen límites de emisiones de ruido todavía más estrictas que la andaluza (la Comunidad Valenciana, por ejemplo) desmontan ese mantra de que este ZAS o la aplicación de la Ordenanza de la Vía Pública vayan a desmantelar el sector. En realidad, una parte muy significativa del sector hostelero malagueño aporta muy escaso valor añadido, y genera un empleo, según los sindicatos y la mayor parte de la comunidad académica, de ínfima calidad y gran precariedad, en muchos casos cercano a la explotación laboral. Las contrataciones, pagos y transacciones ‘en negro’ sí que son un problema para la convivencia democrática y la salud de nuestra economía. Lo que parece es que se quiere perpetuar este modelo de explotación intensiva del sector, basado en la apropiación del espacio público y en bajísimos salarios, hasta que no dé más de sí. Se engaña también cuando se dice que el decreto 155 de la Junta sobre el Catálogo de Espectáculos Públicos, Actividades Recreativas y Establecimientos Públicos de Andalucía impide que haya terrazas en las ZAS (declaraciones del presidente de la asociación mayoritaria de hosteleros). Sí puede haberlas, siempre que cumplan los límites legales de ruido. O sea, siempre que cumplan la ley.

12. DE LA INACCIÓN MUNICIPAL. Como se extrae de todo lo anterior, el Ayuntamiento ha sido el culpable de no hacer cumplir sus propias normas, de ignorar o dilatar diríamos que con premeditación la legislación europea, nacional y autonómica y de dar alas a los empresarios incumplidores sometiéndose a sus presiones y negociando con ellos fuera de los canales democráticamente establecidos. Todo ello sin entrar en la consideración de hasta qué punto su acción reguladora ha favorecido y en qué grado los intereses espurios de una parte del empresariado frente al interés general. ¿Prevaricación?

 

13. DE LA SATURACIÓN DE LA CIUDAD. Que el Centro Histórico de Málaga se ha convertido en un parque temático que está acabando con su idiosincrasia es una evidencia para tirios y troyanos… salvo para los que se llenan el bolsillo con ello. En este escenario de pérdida de calidad residencial, que se agrava por una situación de gravísima emergencia habitacional (subida meteórica de alquileres, expulsión del vecindario, inseguridad en nuestros edificios), hay que replantearse el modelo de ciudad. La cuestión habitacional y el modelo de visitante requeriría otro monográfico: aquí solo apuntamos que la hipertrofia de viviendas de uso turístico (VUT) está íntimamente ligada a una especulación urbanística salvaje y  a un turismo de bajísima calidad que explota intensivamente la ciudad contra los derechos de sus residentes, y que solo se puede entender junto a un modelo intensivo de hostelería depredadora. Queremos hostelería, sí, y de calidad, que cumpla las leyes y los objetivos y metas de la Agenda 2030 de la ONU, que incluye aspectos como la calidad ambiental, el trabajo decente o el turismo sostenible. El modelo no puede ser otro que la ciudad inclusiva, en la que los vecinos, los turistas de paso y los residentes de los hoteles y las viviendas turísticas, que hoy llenan de comentarios negativos sobre el ruido de la ciudad las plataformas web de contratación, cuenten con altos estándares de calidad ambiental, y en la que dispongamos de una hostelería y un comercio responsables y de calidad.

 

ASOCIACIÓN DE VECINOS CENTRO ANTIGUO DE MÁLAGA
11 de noviembre de 2018

La Junta de Andalucía abre la puerta a más ruido en la calle

Hace dos días, los vecinos de toda Andalucía hemos recibido la noticia de que la Junta de Andalucía ha aprobado el Nomenclátor ( Decreto por el que se regulan las modalidades y condiciones de celebración de espectáculos públicos y actividades recreativas, los tipos de establecimientos públicos, su régimen de apertura o instalación, los horarios que rigen su apertura y cierre, y se aprueba el Catálogo de Espectáculos Públicos, Actividades Recreativas y Establecimientos Públicos de Andalucía).

Nuestra asociación, la Federación de Asociaciones Vecinales de Centros Históricos de Andalucía y diversas asociaciones vecinales presentaron alegaciones en contra de este decreto, todas han sido desoídas. Más grave aún, se ha ignorado una resolución del Defensor del Pueblo Andaluz.

Este decreto viene a empeorar la situación de ruido y desamparo que sufren los ciudadanos de múltiples municipios, abriendo la puerta a una verbena continua y descontrolada

Pueden consultar nuestras alegaciones en este enlaceAlegacionesCentroAntiguoNomenclátor. 25 junio


Sobre el decreto:

Los residentes del Centro Histórico de Málaga hemos leído con preocupación y estupor el Proyecto de Decreto por el que se regulan las modalidades y condiciones de celebración de espectáculos públicos y actividades recreativas, los tipos de establecimientos públicos, su régimen de apertura o instalación, los horarios que rigen su apertura y cierre, y se aprueba el Catálogo de Espectáculos Públicos, Actividades Recreativas y Establecimientos Públicos de Andalucía, también conocido como Nomenclátor, que vendría a derogar, entre otras normas, el vigente Decreto 78/2002, de 26 de febrero.

Desde la Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga planteamos las siguientes alegaciones basándonos en nuestra responsabilidad de defender los derechos fundamentales de la ciudadanía en las zonas residenciales, unos derechos que son cada vez más vulnerados en esta espiral de turistificación, gentrificación y sometimiento a la hostelería de los centros urbanos europeos, y que se verían aún más conculcados en caso de aprobarse esta norma. Nuestros asociados hablan de “afrenta a los vecinos de cualquier lugar que se suponga que ha de ser habitable”, de ausencia en su exposición de motivos y su letra de “palabras y conceptos como convivencia, vecinos, ciudadanía, habitabilidad, ruido, descanso, derechos fundamentales, inviolabilidad del domicilio, y un largo etcétera”. En suma, estamos hablando de un decreto que supondría un ataque a la protección real y efectiva de la calidad de vida y de los derechos constitucionales de la ciudadanía establecidos en los arts. 43 (derecho a la protección de la salud), 45 (a un medio ambiente adecuado) y 18 (derecho a la intimidad personal y familiar y a la inviolabilidad del domicilio).

El legislador tiene la obligación de contemplar nuestra posición de ciudadanos ‘acorralados’ por el ruido y la invasión del espacio público para fines privados (y la de tantas otras ciudades y barriadas análogas) a la hora de elaborar una norma que es menos garantista, más laxa y ambigua que la anterior y que está plagada de conceptos jurídicos indeterminados. Que parece estar escrita, sospechamos, para fomentar la arbitrariedad y el ‘laisser faire’. En este sentido, coincidimos plenamente con el espíritu de la Resolución del Defensor del Pueblo Andaluz formulada en la queja 16/5658 dirigida a Consejería de Justicia e Interior. Si bien tal resolución responde a un borrador anterior del Decreto, su planteamiento, análisis y conclusiones son totalmente válidos ya que los cambios entre la ‘Propuesta’ a la que se refiere y el actual ‘Proyecto’ son de posición y numeración del articulado o cosméticos (alguna matización en cuestión de horarios y poco más).

Según el Defensor, nuestros derechos fundamentales podrían sufrir “cierto riesgo de ser vulnerados por la contaminación acústica derivada de la emisión de música en estos locales y/o en sus terrazas, tal y como tiene reconocido una jurisprudencia muy consolidada del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo”. Pues bien, en el Centro Histórico de Málaga esta situación de vulneración de derechos es, lamentablemente, la norma. En el III Encuentro de la plataforma vecinal europea Vivre la Ville Europe!, clausurado en marzo de 2017 en Madrid, se aludió al caso concreto de Málaga (como ejemplo negativo) y se coincidió en que los problemas comunes a los centros históricos europeos se resumen en dos ejes principales: la degradación del patrimonio material y humano mediante los fenómenos de la gentrificación y la turistificación, y los efectos de la movida, ocio nocturno y la privatización del espacio público por motivos lucrativos que son antepuestos al interés general y al cumplimiento de las propias leyes y normativas. Pues bien, este Decreto sería una puerta abierta al agravamiento de dichos problemas.

Se ha descrito nuestra situación como la de una “deportación planificada del vecino del centro”. Dicha expulsión vendría ahora acompañada por el fragor emanado de una norma que permitiría la música ‘de ambiente’ o ‘de fondo’ en terrazas, la emisión de música pregrabada y en vivo hasta 80 dBA en el interior de todos los establecimientos de hostelería de Andalucía, la instalación de terrazas o veladores en la vía pública en discotecas y salas de fiestas, y la ampliación de horarios de hostelería en ‘municipios turísticos’ y ‘zonas de gran afluencia turística’. Si el Ayuntamiento de una ciudad de más de 600.000 habitantes no podía (o utilizaba una pasividad cómplice, rayana en la prevaricación y la dejación de funciones) hacer cumplir una norma relativamente garantista de derechos, ¿cómo se puede pretender que los pequeños consistorios andaluces puedan controlar otra más ambigua, con conceptos jurídicos vagos e indeterminados?

En suma, asistimos a una colisión en el espíritu del Decreto entre la protección de derechos fundamentales y universales y la intención de dar rango de ley a lo que realmente son intereses particulares de un sector económico concreto. Bajo el disfraz de una norma reguladora se está presentando un plan estratégico de desarrollo de la actividad hostelera (de una cierta manera de edificar el sector hostelero, desde nuestro punto de vista endeble, enfocado a un turismo y un ocio de baja calidad), que ignora al 100 % el ruido provocado por veladores y por conciertos.

Reiteramos, el objetivo del Decreto es apoyar una manera de desarrollo no sostenible de la hostelería y abrir la mano para que sean los municipios quienes decidan dónde y hasta cuándo poner veladores, incluso en discotecas, y para que se permitan actuaciones en todo tipo de establecimientos. Y por mucho que figuren algunas supuestas limitaciones en cuanto a los sectores en los que se permite la instalación de terrazas o veladores donde antes no se permitía o de instalación de equipos de amplificación de música en veladores o “espacios al aire libre de establecimientos de hostelería”, el legislador ha empleado términos suficientemente laxos como para que la excepcionalidad sea la norma. Las expresiones “afluencia de visitantes”, “para incentivar el desarrollo económico” o “dotar de infraestructuras de servicios si existiera demanda”, así como la autorización por espacio de hasta cuatro meses de la música amplificada en terrazas suponen que la supuesta “excepcionalidad” se convertirá en norma. Además, como también advierte el Defensor del Pueblo, el argumento de la permisividad por sectores (‘áreas de sensibilidad acústica’) se tambalea ya que los usos turísticos y terciarios tienen una localización contigua a los usos residenciales, y a que el problema de la contaminación acústica es que el ruido se transmite a través de ondas sonoras que son ‘difíciles de compartimentar’. Todo ello coincide con la manifiesta escasez de medios e incluso de voluntad para medir los niveles de ruidos en municipios de todo tipo (si en Málaga no hay un control, por pasividad cómplice del Ayuntamiento, de la contaminación acústica, qué panorama tendrán los vecinos de municipios con menos medios).

 

La noticia en Diario SUR 

La nueva Ordenanza de Vía Pública abre la veda a la arbitrariedad para beneficio de la hostelería

La Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga presenta unas sugerencias en las que compara el texto aprobado en el Pleno con las normas de ciudades como Valencia, Madrid, Sevilla o Barcelona

 

La norma que se pretende aprobar autoriza a la Junta de Gobierno a derogar partes importantes de la misma o al concejal de turno a hacer excepciones 

La nueva Ordenanza Reguladora de la Ocupación de la Vía Pública de Málaga abre la veda a la arbitrariedad y se preocupa ante todo de establecer un conjunto de normas que favorezca la instalación de los negocios de hostelería en nuestras calles y plazas. La Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga contempla con preocupación que el texto, aprobado inicialmente en el Pleno del Ayuntamiento el 30 de octubre del pasado 2017 y que ha permanecido hasta el pasado lunes 29 en período de información pública previo a su aprobación definitiva, plasme exclusivamente los intereses que defienden los empresarios de dicho sector e ignore la protección de los derechos e intereses de la ciudadanía. Además, la nueva norma ratifica y legaliza el agravio comparativo y discriminatorio en la regulación de los Planes de Aprovechamiento y da vía libre a la parcialidad y la discrecionalidad en sus numerosas referencias a posibles excepciones. En resumen, la norma que se pretende aprobar autoriza a la Junta de Gobierno Local a derogar elementos importantes de la misma (mediante los Planes) o al concejal de turno a aprobar excepciones que permitan instalar en la vía pública mostradores, frigoríficos o teles y a apilar mesas y sillas fuera de horario.

La Asociación ha manifestado en diversas ocasiones que el texto aprobado por el Pleno no fue nunca pactado ni consensuado con los representantes de los vecinos, pese a que en su presentación estuviera uno de los miembros de su Junta directiva. Por ello, y como corresponde a su labor de tutela y reclamación de los derechos de los residentes del Centro de Málaga, ha presentado un escrito de sugerencias con el ánimo de llegar a un texto que realmente refleje lo que debería prevalecer, el uso general y prioritario de las vías públicas por toda la ciudadanía, que aquí ha quedado relegado a un segundo plano.

El escrito vecinal compara el texto malagueño con las ordenanzas similares de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla, mucho más garantes de los derechos de residentes, viandantes y usuarios en general del espacio público. Además de que la nueva Ordenanza roza las dimensiones de un telegrama (unas escasas 300 palabras), ya su misma exposición de motivos copia directamente y sin ‘pudor’ alguno la de Valencia pero con las modificaciones que le interesan: por ejemplo, la de Málaga indica en su párrafo final que es interés municipal “la reactivación económica, la promoción empresarial y el fomento del empleo”, mientras la valenciana remarca la trascendencia del “uso común general por la ciudadanía, cuya protección será prioritaria, compatibilizando en la medida de lo posible los intereses públicos y privados”. Por ello, la Asociación solicita que se incluyan expresamente en el articulado referencias concretas a la consideración superior y prioritaria de los usos comunes y generales del dominio público sobre los de colectivos empresariales concretos.

La Asociación mantiene en su escrito que tanto los Planes de Aprovechamiento como las excepciones previstas deben ser totalmente eliminados de la Ordenanza a aprobar, pues no son más que derogaciones singulares y puramente discrecionales de la norma general y chocan por tanto con el principio de igualdad de los ciudadanos ante la ley. No se puede justificar que la mayoría de los empresarios que deseen realizar una ocupación del dominio público se deban regir por una Ordenanza aprobada por el Pleno con todas las garantías de procedimiento e información pública mientras que ‘algunos’ vean amparada la utilización del espacio de todos con unas disposiciones contrarias a la norma general (menos restrictivas y garantes que la misma) aprobadas directamente por la Junta de Gobierno Local, órgano que no es representativo más que de las facciones políticas que en cada momento gobiernen el municipio.

Pero aún más graves son los distintos supuestos de excepcionalidad en las autorizaciones, pues aquí será simplemente el edil del ramo el que podrá concederlas, sin más. Y además en supuestos que la Asociación encuentra especialmente perjudiciales para el interés público, como la posibilidad de instalar en la calle mostradores, frigoríficos, máquinas recreativas, televisores, o apilar mesas y sillas en el exterior fuera del horario establecido.

Alega también la Asociación que no se aprovecha la ocasión para relacionar las disposiciones de la Ordenanza con la regulación sobre ruidos o las Zonas Acústicamente Saturadas que el Ayuntamiento debió por imperativo legal aprobar hace tiempo. Solo se contiene una mención a unos “niveles de ruido superiores a los máximos establecidos en la Ordenanzas de Medio Ambiente”, pero se obvia que la vigente Ordenanza para la prevención del ruido del Ayuntamiento de Málaga no establece realmente valores límite para las ocupaciones con terrazas, sino solo objetivos de calidad acústica.

Respecto de esta cuestión de los ruidos, la Asociación manifiesta también su escepticismo por la referencia que hace de pasada la Ordenanza a los famosos toldos fonoabsorbentes. Tal como se plantean y con independencia del escaso resultado que han dado en otros lugares, como Castellón, los toldos conllevan problemas importantes de encaje urbanístico. Esas estructuras, que no pueden denominarse toldos, suponen un atentado frontal a la estética y la imagen urbana del centro histórico, que se convertirá en un lugar “difícilmente distinguible de un vulgar parque temático, de chiringuitos de playa o de la Feria de Sevilla”.

Los vecinos también solicitan expresamente un aumento del ancho previsto para la zona libre de terrazas de las calles, pues consideran que si el Ayuntamiento practica una política de constante incremento de la atracción de personas al centro, ello debe conllevar reservar espacios mucho más amplios ya no solo al paseo de los viandantes, sino al mero paso de los mismos o a los servicios de emergencia y evacuación.

Finalmente, la Asociación insiste en que es indispensable delimitar con claridad y con los suficientes elementos señalizadores las ocupaciones permitidas para los usos comerciales de las vías públicas, para que sean así identificables por los servicios de control municipales y también por los ciudadanos en general.

Escrito de sugerencias presentado a la OVP