¿QUÉ PIENSAN SOBRE EL CENTRO HISTÓRICO Y EL MODELO DE CIUDAD?
Hace más de un mes, la Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga compartió con sus conciudadanos y con los grupos políticos con intención de representarlos en el Consistorio que saldrá de las elecciones del próximo domingo 26 de mayo algunas ideas sobre lo que más preocupa a los vecinos en relación con el Centro Histórico y el modelo de ciudad. En ese momento, enviamos por escrito (por correo electrónico, redes sociales y registro, para que no quedara duda de la recepción del documento) un documento con nuestras tesis y preocupaciones básicas y una gran cantidad de preguntas directas sobre las mismas.
En primer lugar, debemos reseñar que de las seis candidaturas a las que enviamos el documento solo tres han contestado el cuestionario y se han reunido con la AVV Centro Antiguo para presentar sus respuestas, pese a nuestros denodados esfuerzos por que todos atendieran a las demandas de nuestra Asociación, una de las agrupaciones de la Sociedad Civil malagueña que más trabajan por una ciudad sostenible y habitable. Las otras tres han declinado tanto entrevistarse con los representantes vecinales como responder directamente al cuestionario, y nos han remitido a encontrar sus respuestas en sus programas electorales. Desde la Asociación, creemos que es una obligación democrática darnos contestación directa, máxime si estas candidaturas presumen de querer gobernar “para todos los malagueños”.
Han respondido a nuestro cuestionario y se han reunido con la Asociación:
Málaga Ahora
Adelante Málaga (IU-Podemos)
Vox
No han respondido a nuestro cuestionario:
PP
PSOE
Ciudadanos
Agradecemos a Málaga Ahora, Adelante Málaga y Vox su esfuerzo e interés. Y en estos tres últimos casos (PP, PSOE y C’s), hemos cumplimentado las tablas adjuntas extractando las respuestas de sus programas electorales, y en las ocasiones en que ha sido posible, de declaraciones públicas.
En las tablas adjuntas se resumen los principales temas abordados. Esquemáticamente se puede decir, desde el punto de vista de las necesidades de los vecinos y vecinas del Centro Histórico, que:
Málaga Ahora plantea grandes ideas sobre sostenibilidad en el día a día. Su programa es fuerte en la gestión de residuos y pone el foco en una cotidianidad más ecológica y cercana. Respecto a los problemas de incumplimiento de la normativa, es muy destacable su enfoque sobre convivencia, en el que prima la mediación y la disuasión, y en el que las medidas coercitivas (sanciones, control policial, etc.) son solo la última opción. También es interesante su visión en lo que respecta al patrimonio, y propone un Plan Municipal de vivienda digna y la recuperación de espacios públicos. Fuertes medidas de control de las VFT (Viviendas con Fin Turístico). Postura clara y contundente en las medidas contra el ruido.
Reunión con las representantes de Málaga Ahora
Adelante Málaga destaca con un gran plan de patrimonio y urbanismo, con gran conocimiento y desarrollo. Resalta su detallado conocimiento de la realidad urbanística y especulativa, a la que plantea medidas muy detalladas. Plantean medidas concretas para contener el precio de la vivienda, mejorar la calidad del empleo generado por el turismo y delimitar zonas saturadas por este sector. También propone medidas para evitar procesos especulativos, recuperar espacios públicos y mejorar la calidad de vida de los residentes. Fuertes medidas de control de las VFT (Viviendas con Fin Turístico). Postura clara y contundente en las medidas contra el ruido.
Reunión con los representantes de Adelante Málaga
Vox reseña en la mayoría de los puntos abordados que la normativa es muy clara y que velará por su cumplimento a través del incremento del control y las inspecciones, de la presencia policial y de las sanciones. Por ejemplo, en la cuestión de la sobreexplotación hostelera de terrazas, plantea eliminar la tasa por ocupación de vía pública pero incrementando las sanciones por incumplimientos. Propone frenar la conversión del Centro en “parque temático” y restringir las VFT, permitiéndolas solo en edificios dedicados por entero a dicha actividad.
Reunión con los representantes de Vox Málaga
El programa de Ciudadanos acierta poniendo el foco en la ordenación de carga y descarga, así como en la propuesta de mejorar la recepción de llamadas emergencia y policía. Además, recupera la figura de la patrulla dedicada a vigilar el cumplimiento de las ordenanzas. Sin embargo, en el plano general flaquea: su programa es pobre y poco definido, sin propuesta para el centro, o bien quiere continuismo (en una situación que nosotros catalogamos de emergencia habitacional y de convivencia) o acciones que potenciarían los problemas.
El programa del PP es muy detallado, y denota un gran conocimiento de los distritos y de los proyectos. Se detecta una continuidad con las políticas ya emprendidas pero con los matices de las actuaciones de los últimos meses (que han supuesto un ligero aumento del control de los gravísimos incumplimientos de la normativa). Sin embargo, faltan medidas concretas para repoblar o recuperar la calidad de vida del barrio mientras que abundan los macroproyectos.
El PSOE propone un ambicioso plan para el puerto y la ciudad, pero su programa es muy débil en lo que concierne a los problemas de los vecinos: solo palabras, sin medidas concretas ni tener en cuenta nuestras principales reivindicaciones. También plantean macroproyectos, aunque con menor conocimiento y detalle que el PP en su programa. Destaca su postura sobre el ruido en el Centro y Teatinos, para los que propone nuevas mediciones y nueva ‘zonificación’, lo que supondría reiniciar un proceso que lleva desde 2015 en marcha dejando a los vecinos de ambas zonas sin soluciones durante varios años.
El Consistorio dejó de celebrar esta fecha en 2016, casualmente el año en el que las últimas mediciones realizadas por una empresa independiente y homologada certificaron la vulneración de los ‘objetivos de calidad acústica’ en casi todas las calles del Centro
La Asociación de Vecinos Centro Antiguo denuncia al Defensor del Pueblo Andaluz la no aplicación del Decreto 155/2018
Último cartel del día del ruido celebrado por el Ayuntamiento de Málaga
El Ayuntamiento de Málaga sigue ‘silenciando’ los gravísimos problemas de contaminación acústica de la ciudad y hace de nuevo oídos sordos al Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido. El Consistorio dejó de celebrar esta fecha en 2016, casualmente el año en el que las últimas mediciones realizadas por Sincosur, una empresa independiente y homologada, certificaron la vulneración de los ‘objetivos de calidad acústica’ en casi todas las calles del Centro Histórico de Málaga, principalmente por la actividad hostelera.
Hoy se celebra el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, una actividad que se desarrolla anualmente a nivel mundial, desde hace más de 20 años, el último miércoles del mes de abril, con el propósito de promover a nivel internacional el cuidado del ambiente acústico, la conservación de la audición y la concienciación sobre las molestias y daños que generan los ruidos. La Sociedad Española de Acústica propone a las instituciones que con este motivo se lleven a cabo una serie de actividades que ayuden a tomar conciencia del grave problema que puede llegar a representar la contaminación acústica. Por desgracia, el Ayuntamiento de Málaga celebró por última vez este acto en 2015, con un cartel que incluía la leyenda “Sin ruido se vive mejor”. Efectivamente, en Málaga tenemos poco que celebrar, pues hoy solo cabría esta otra leyenda: “Con mucho ruido se vive mucho peor”.
En estos 4 años, los problemas no han hecho más que acrecentarse. La Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga ya avisó en mayo de 2018 en rueda de prensa de la dilatación premeditada de la declaración de Zonas Acústicamente Saturadas. Esta declaración sigue en vía muerta, en una tramitación interminable durante la cual se han seguido abriendo locales hosteleros, ampliando espacios de terraza e incrementándose los eventos ruidosos en la calle (el propio Ayuntamiento organiza más de 500 al año, incumpliendo incluso sus propias ordenanzas) y sin adoptar ‘cautelarmente’ ninguna de las más que tibias medidas contenidas en el ZAS que se aprobó en Pleno en octubre de 2018 .
Donde dije digo…
… digo Diego
Con independencia de dichas medidas, que ni remotamente se asemejan a las tomadas en otras ciudades de nuestro entorno, existe hoy día una cuestión fundamental: el incumplimiento flagrante del Decreto andaluz nº 155/2018. Este Decreto, por el que se aprueba el Catálogo de Espectáculos Públicos, Actividades Recreativas y Establecimientos Públicos de Andalucía, entró en vigor el pasado agosto y establece que en las zonas habitadas que tienen carácter residencial, prácticamente toda nuestra ciudad, solo podrán existir terrazas de hostelería si se garantiza el cumplimiento de los niveles máximos de ruido. Para poder cumplir con las limitaciones acústicas de las zonas residenciales hay ciudades andaluzas, incluso gobernadas por el Partido Popular, como es el caso de Almería, en las que se han reducido de manera significativa los horarios de funcionamiento de las terrazas.
Nada ha hecho el Ayuntamiento de Málaga, que sepamos, para poner en práctica las disposiciones de este decreto. Nos hemos dirigido por escrito hasta en tres ocasiones al alcalde de Málaga exigiendo la aplicación del decreto, sin que haya habido ninguna respuesta. Ante ello, ayer nos vimos obligados a presentar la queja correspondiente ante el Defensor del Pueblo Andaluz como paso previo a la adopción de las medidas judiciales que procedan para conseguir la protección de nuestros derechos fundamentales.
Plaza Mitjana, el símbolo del ruido y la inacción municipal
Músicos callejeros usando amplificadores
La inacción municipal es tal que un grupo de residentes de la plaza Mitjana, entre los que hay socios de la Asociación de Vecinos Centro Antiguo, han llevado al Consistorio a los tribunales. El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 6 de Málaga ha admitido a trámite una demanda por vulneración de derechos fundamentales.
El ruido, consecuencia de la sobreexplotación del dominio público
Es conocida la denuncia constante que nuestra Asociación, junto con otras de Málaga, viene realizando de todos los fenómenos adversos que está provocando en nuestra ciudad el modelo económico actual de turismo extractivo. Empezando por los más graves, que se refieren a la desaparición del modo de vida urbano tradicional, la gravísima emergencia habitacional y la consiguiente expulsión de los residentes de sus hogares, en beneficio de la conversión de buena parte de la ciudad, por cierto no solo del Centro, en un lugar pensado básicamente para alojar a los turistas y ofrecer solo los servicios que ellos necesitan.
Pero no es menos grave la sobreexplotación del dominio público, un espacio que es de todos, por las terrazas de la hostelería, ya sean las autorizadas, las ‘semiautorizadas’ o las que carecen de autorización. Y una consecuencia directa de esto es el nivel de ruido enorme que tienen que padecer no solo quienes vivimos en el Centro, sino también quienes quieren disfrutarlo de modo distinto.
¿Qué sucede en Málaga con las terrazas, los bares y el ruido? ¿Por qué se han puesto así los hosteleros? ¿Por qué dicen que van a tener que cerrar las terrazas del Centro Histórico y despedir a gente? ¿Por qué tanto el presidente de la asociación principal de los hosteleros o el candidato a alcalde por Ciudadanos insisten en que les estamos ‘criminalizando’ impidiéndoles seguir creando riqueza y que el Centro debería cambiar de ser considerado ‘residencial’ a ser considerado ‘turístico’? ¿Los vecinos de la Asociación de Vecinos Centro Antiguo, de la Asociación de Vecinos Centro-Sur Soho Barrio de las Artes, de Romeral Contra el Ruido o los que comentan en las noticias de prensa o las redes sociales son una pandilla de: 1) exaltados o 2) amargados?
Vamos a aclarar las cosas y a desvelar mentiras.
1. DE LO PÚBLICO Y LO PRIVADO. En primer lugar, aclaremos la diferencia entre público y privado. El suelo donde se instalan las terrazas es público, de todos los ciudadanos. ¿Y por qué las usan ellos? Porque digamos que hay un ‘pacto social’ que conduce a que en una ‘economía de mercado’ se pueda ceder parte de lo público al sector privado para que éste haga negocio. Pero claro, con algunas condiciones y contrapartidas, y no solo económicas, ya que estamos en un ‘Estado social’: en otras palabras, dejamos que esos empresarios se lucren con lo público puesto que con su lucro generan indirectamente un beneficio a toda la sociedad: empleo, creación de riqueza, prestación de servicios… Las contrapartidas económicas, en Málaga, consisten que en el Centro Histórico, la parte más cara de la ciudad, cedamos el suelo a los hosteleros a 7,32 euros el metro cuadrado de terraza. Recordemos que los precios de mercado de los locales en la misma zona oscilan entre los 15/20 euros en las áreas más inhóspitas a los 170 euros de Larios o los 40/50 que suele valer en calles y plazas peatonales. O sea, que de media y como poco les dejamos el suelo de la calle a una sexta o séptima parte del valor que pagan por el interior (considerando además que todo lo del exterior es superficie útil y productiva, sin áreas improductivas como aseos o almacenes). ¿A condición de qué? De que hagan negocio limpio, contraten y paguen lo correcto a sus empleados, no ocupen más de lo permitido y no molesten con suciedad o ruidos.
4. DEL RUIDO Y LAS LEYES. Pero lo que motiva este ‘motín’ de una patronal que como decimos ha sido mimada y consentida gracias a nuestros impuestos y a la permisividad municipal, es por la declaración de ciertas calles y plazas del Centro Histórico y de Teatinos como Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS). Aquí hay que recordar que hay unas cuantas leyes de obligado cumplimiento, europeas, nacionales y autonómicas que protegen al ciudadano de la contaminación acústica: en la UE, la Directiva 2002/49/CE del Parlamento Europeo y del Consejo; en España, la Ley 37/2003, del Ruido, y los reales decretos 1513/2005 y 1367/2007, que la desarrollan; en Andalucía, la Ley 7/2007, de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental, y el Decreto 6/2012, que aprueba el Reglamento de protección contra la contaminación acústica de Andalucía. En resumen, todas esas normas ofrecen garantías a la ciudadanía contra el ruido reconociendo expresamente el derecho al descanso y a la intimidad e inviolabilidad (sonora también) de la vivienda y obligando a los poderes públicos a ‘medir’ las emisiones sonoras.
5. DEL RUIDO Y LAS ZAS. La normativa sobre contaminación acústica se incumple en Málaga, al menos, desde 2008. Los diversos estudios y campañas de medición realizados por el Ayuntamiento (2007, 2013, 2015, 2016, hechos por empresas independientes y homologadas) arrojan resultados de superación evidente de los límites (técnicamente se llaman ‘objetivos de calidad acústica’) durante todo el día en numerosas vías del Centro y prácticamente en todas las calles estudiadas durante el período de noche. Desde que se apreció que se trituraban estos máximos permitidos, ya en 2007, pero sobre todo en 2013, con una normativa autonómica clara en vigor, se tenía que haber iniciado la tramitación de las Zonas Acústicamente Saturadas (que son unos planeamientos compuestos de diversas medidas correctoras tendentes a corregir esas superaciones de los límites), pero esto no se ha hecho. No es pues una cuestión de ZAS sí, ZAS no. Es que obligan las leyes autonómicas, nacionales y europeas. Y casualmente, los informes de las empresas medidoras (como decimos, empresas independientes y homologadas), los estudios de organismos municipales (OMAU) e incluso las ponencias públicas de cargos políticos municipales del Área de Medio Ambiente coincidían en atribuir esa sistemática y desmesurada superación de los límites del ruido a la actividad hostelera: las recomendaciones principales eran reducir su espacio y reducir su tiempo de apertura. Aunque sería muy farragoso detallar todos los plazos, la declaración de las ZAS con las leyes en la mano ya se debió aprobar, a más tardar, en diciembre de 2015. Es decir, la legalidad lleva nada más y nada menos que tres años suspendida.
6. DEL TORTUOSO CAMINO A LA APROBACIÓN DEL ZAS. Todo el proceso de tramitación de la obligada por ley declaración de ZAS ha sido tortuoso: los hosteleros nunca llevaron propuestas a las mesas de negociación (postura que han adoptado también los grupos municipales de Ciudadanos y PSOE), torpedeaban las negociaciones con estratagemas diversas, y se reunían con el alcalde y concejales para presionarles fuera de las mesas establecidas. Uno de los ‘argumentos’ estrella de algunos tertulianos poco informados y empresarios sin escrúpulos es el de la búsqueda de un supuesto “equilibrio”, de una posición consensuada entre los derechos de los vecinos al descanso y los intereses económicos de los empresarios. O sea, que pretenden nada menos que ¡regatear con las normativas y las leyes! No. Aunque les pese, aquí lo que priman son los derechos constitucionales de los vecinos, que se ven conculcados si se superan los límites de ruido máximos previstos, y que protegen las leyes antes citadas. Y así lo entendió también el Defensor del Pueblo Andaluz, que instó al Ayuntamiento a tomar medidas reales y urgentes. El problema ha sido siempre del Consistorio, que engañó a residentes, al Defensor del Pueblo e incluso a los hosteleros responsables dilatando la aprobación de la obligatoria declaración de ZAS.
7. DE LA APROBACIÓN INICIAL. Pese a todo su intrincado y espinoso camino, y tras diferentes pasos previos (solo en este 2018, un primer Acuerdo de la Junta de Gobierno Local en febrero, mociones aprobadas en Pleno, periodos de consulta en Málaga Contesta, nuevo Acuerdo de la Junta de Gobierno en septiembre…) el ZAS se aprobó en el Pleno del pasado 25 de octubre. Ahora, más de dos semanas después, aún estamos a la espera que se publique en el Boletín de la Provincia y comience oficialmente el periodo de alegaciones.
8. DE LO QUE REGULA ESTE ZAS. Muy en resumen, las medidas de esta declaración de ZAS se reducen a una moratoria de apertura de negocios de hostelería en unas calles ya de por sí saturadísimas (poco más de 100 entre el Centro Histórico y Teatinos) y a una reducción de horario de solo una hora de domingo a jueves y únicamente en unos 70 días del año. Por eso no la apoyamos al principio de las negociaciones, por su tibieza; es un ZAS descafeinado pero al menos es un plan de acción y por tanto lo hemos defendido como mal menor. No en vano el Secretario del Ayuntamiento firmó un informe que pedía mayor restricción horaria y temporal para el ZAS. Señalemos que los horarios de las ZAS de Sevilla, Valencia, Madrid, Jerez o Castellón son mucho más restrictivos que los que se plantean para Málaga. Y allí, contrariamente a lo que vaticinan los empresarios malagueños sobre supuestas pérdidas de empleo y de tejido (vaticinios sin ningún fundamento científico, ningún estudio ni informe solvente), no se ha hundido el sector en ninguna de esas ciudades.
9. DE QUÉ NOS PARECE EL ZAS. Los vecinos creemos que las medidas incluidas en este ZAS son manifiestamente insuficientes. Por ello aportamos en todas las mesas de negociación y todos los pasos en los que se permitía la participación ciudadana unas completas y creemos que razonables alegaciones (en línea con las normas de los ZAS de otras ciudades españolas, y sobre todo dirigidas a corregir las causas de la emisión de ruidos: horarios y espacios ocupados). Igualmente, los grupos municipales Málaga para la Gente y Málaga Ahora protegieron el interés público con alegaciones y mociones en Pleno que los vecinos apoyamos. Ciudadanos y PSOE nunca aportaron alegaciones o planes alternativos, ni en las mesas ni en los órganos de decisión municipal. Los hosteleros tampoco (encima de la mesa, claro; por detrás no sabemos qué negociarían). Finalmente, el PP preparó, suponemos que azuzado por la opinión pública, el Defensor del Pueblo y la certeza de que estaba inclumpliendo la ley, una más que tibia propuesta a la que nos adherimos como mal menor, lo que también hicieron Málaga para la Gente y Málaga Ahora. Por ello no son ciertas las declaraciones del candidato a alcalde del PSOE para justificar su oposición al ZAS en el Pleno.
10. DE LA RESPUESTA DE LOS HOSTELEROS. Como se ha demostrado estos últimos días, con una humillación en vivo y en directo a un concejal al que no dejaron entrar en la reciente asamblea de MAHOS (la asociación principal de hosteleros de Málaga) pese a que iba a dejarse allí el orgullo y el mandato del Pleno del Ayuntamiento de octubre, algunos hosteleros están acostumbrados a, en sus palabras, “dar puñetazos encima de la mesa”, declaración que motivó titulares de prensa en 2016 ante los borradores de las ordenanzas de vía pública o el primer borrador municipal de ZAS. De hecho, han conseguido, como han hecho siempre, reunirse rápidamente con su ‘único’ interlocutor, el alcalde. Amenazan con dos medidas a adoptar el día del encendido del alumbrado navideño: un cierre patronal (que ellos llaman “huelga”) o una apertura ininterrumpida durante 24 horas. Recordemos que ambas medidas son ilegales. También piden (o exigen) “autorregulación” del sector, minusvalorando o ignorando los incumplimientos de las ordenanzas de vía pública (recordemos los informes del OMAU, organismo municipal) o la sistemática superación de los niveles sonoros permitidos por la ley. El mercado no se ‘autorregula’, sino que son los poderes públicos los que tienen que hacer cumplir la norma. Además, subrayemos, los representantes de los hosteleros jamás han planteado una sola propuesta de regulación o de autolimitación, ni siquiera en las zonas “dramáticas”, como la plaza Mitjana. Solo han propuesto, paralelamente al grupo municipal Ciudadanos, que sean los vecinos los que insonoricen sus casas… con subvenciones públicas. Algo así como proponer contra los navajazos que los navajeados sean provistos de puntos de sutura y betadine para que se curen… pagados además con dinero público. Nosotros los habitantes de la ciudad creemos sinceramente en que una parte de estos empresarios están equivocados, estamos convencidos de que a medio y largo plazo los hosteleros responsables y cumplidores, que son mayoría, saldrán beneficiados de una normativa municipal adaptada a las leyes superiores y que vele por la armonía entre la vida ciudadana y el negocio. En suma, los empresarios cumplidores de las normas y los vecinos pueden y deben convivir sin problemas, pero para ello es necesario un Ayuntamiento firme que legisle en tiempo y forma y que haga cumplir esas leyes, cosa que no está sucediendo ahora.
11. DEL CUENTO DE LA LECHERA DE LA DESTRUCCIÓN DEL SECTOR. Los ejemplos de otras ciudades con regulaciones más restrictivas en sus ZAS y de comunidades autónomas también turísticas que tienen límites de emisiones de ruido todavía más estrictas que la andaluza (la Comunidad Valenciana, por ejemplo) desmontan ese mantra de que este ZAS o la aplicación de la Ordenanza de la Vía Pública vayan a desmantelar el sector. En realidad, una parte muy significativa del sector hostelero malagueño aporta muy escaso valor añadido, y genera un empleo, según los sindicatos y la mayor parte de la comunidad académica, de ínfima calidad y gran precariedad, en muchos casos cercano a la explotación laboral. Las contrataciones, pagos y transacciones ‘en negro’ sí que son un problema para la convivencia democrática y la salud de nuestra economía. Lo que parece es que se quiere perpetuar este modelo de explotación intensiva del sector, basado en la apropiación del espacio público y en bajísimos salarios, hasta que no dé más de sí. Se engaña también cuando se dice que el decreto 155 de la Junta sobre el Catálogo de Espectáculos Públicos, Actividades Recreativas y Establecimientos Públicos de Andalucía impide que haya terrazas en las ZAS (declaraciones del presidente de la asociación mayoritaria de hosteleros). Sí puede haberlas, siempre que cumplan los límites legales de ruido. O sea, siempre que cumplan la ley.
12. DE LA INACCIÓN MUNICIPAL. Como se extrae de todo lo anterior, el Ayuntamiento ha sido el culpable de no hacer cumplir sus propias normas, de ignorar o dilatar diríamos que con premeditación la legislación europea, nacional y autonómica y de dar alas a los empresarios incumplidores sometiéndose a sus presiones y negociando con ellos fuera de los canales democráticamente establecidos. Todo ello sin entrar en la consideración de hasta qué punto su acción reguladora ha favorecido y en qué grado los intereses espurios de una parte del empresariado frente al interés general. ¿Prevaricación?
13. DE LA SATURACIÓN DE LA CIUDAD. Que el Centro Histórico de Málaga se ha convertido en un parque temático que está acabando con su idiosincrasia es una evidencia para tirios y troyanos… salvo para los que se llenan el bolsillo con ello. En este escenario de pérdida de calidad residencial, que se agrava por una situación de gravísima emergencia habitacional (subida meteórica de alquileres, expulsión del vecindario, inseguridad en nuestros edificios), hay que replantearse el modelo de ciudad. La cuestión habitacional y el modelo de visitante requeriría otro monográfico: aquí solo apuntamos que la hipertrofia de viviendas de uso turístico (VUT) está íntimamente ligada a una especulación urbanística salvaje y a un turismo de bajísima calidad que explota intensivamente la ciudad contra los derechos de sus residentes, y que solo se puede entender junto a un modelo intensivo de hostelería depredadora. Queremos hostelería, sí, y de calidad, que cumpla las leyes y los objetivos y metas de la Agenda 2030 de la ONU, que incluye aspectos como la calidad ambiental, el trabajo decente o el turismo sostenible. El modelo no puede ser otro que la ciudad inclusiva, en la que los vecinos, los turistas de paso y los residentes de los hoteles y las viviendas turísticas, que hoy llenan de comentarios negativos sobre el ruido de la ciudad las plataformas web de contratación, cuenten con altos estándares de calidad ambiental, y en la que dispongamos de una hostelería y un comercio responsables y de calidad.
ASOCIACIÓN DE VECINOS CENTRO ANTIGUO DE MÁLAGA
11 de noviembre de 2018
La Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga presenta unas sugerencias en las que compara el texto aprobado en el Pleno con las normas de ciudades como Valencia, Madrid, Sevilla o Barcelona
La norma que se pretende aprobar autoriza a la Junta de Gobierno a derogar partes importantes de la misma o al concejal de turno a hacer excepciones
La nueva Ordenanza Reguladora de la Ocupación de la Vía Pública de Málaga abre la veda a la arbitrariedad y se preocupa ante todo de establecer un conjunto de normas que favorezca la instalación de los negocios de hostelería en nuestras calles y plazas. La Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga contempla con preocupación que el texto, aprobado inicialmente en el Pleno del Ayuntamiento el 30 de octubre del pasado 2017 y que ha permanecido hasta el pasado lunes 29 en período de información pública previo a su aprobación definitiva, plasme exclusivamente los intereses que defienden los empresarios de dicho sector e ignore la protección de los derechos e intereses de la ciudadanía. Además, la nueva norma ratifica y legaliza el agravio comparativo y discriminatorio en la regulación de los Planes de Aprovechamiento y da vía libre a la parcialidad y la discrecionalidad en sus numerosas referencias a posibles excepciones. En resumen, la norma que se pretende aprobar autoriza a la Junta de Gobierno Local a derogar elementos importantes de la misma (mediante los Planes) o al concejal de turno a aprobar excepciones que permitan instalar en la vía pública mostradores, frigoríficos o teles y a apilar mesas y sillas fuera de horario.
La Asociación ha manifestado en diversas ocasiones que el texto aprobado por el Pleno no fue nunca pactado ni consensuado con los representantes de los vecinos, pese a que en su presentación estuviera uno de los miembros de su Junta directiva. Por ello, y como corresponde a su labor de tutela y reclamación de los derechos de los residentes del Centro de Málaga, ha presentado un escrito de sugerencias con el ánimo de llegar a un texto que realmente refleje lo que debería prevalecer, el uso general y prioritario de las vías públicas por toda la ciudadanía, que aquí ha quedado relegado a un segundo plano.
El escrito vecinal compara el texto malagueño con las ordenanzas similares de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla, mucho más garantes de los derechos de residentes, viandantes y usuarios en general del espacio público. Además de que la nueva Ordenanza roza las dimensiones de un telegrama (unas escasas 300 palabras), ya su misma exposición de motivos copia directamente y sin ‘pudor’ alguno la de Valencia pero con las modificaciones que le interesan: por ejemplo, la de Málaga indica en su párrafo final que es interés municipal “la reactivación económica, la promoción empresarial y el fomento del empleo”, mientras la valenciana remarca la trascendencia del “uso común general por la ciudadanía, cuya protección será prioritaria, compatibilizando en la medida de lo posible los intereses públicos y privados”. Por ello, la Asociación solicita que se incluyan expresamente en el articulado referencias concretas a la consideración superior y prioritaria de los usos comunes y generales del dominio público sobre los de colectivos empresariales concretos.
La Asociación mantiene en su escrito que tanto los Planes de Aprovechamiento como las excepciones previstas deben ser totalmente eliminados de la Ordenanza a aprobar, pues no son más que derogaciones singulares y puramente discrecionales de la norma general y chocan por tanto con el principio de igualdad de los ciudadanos ante la ley. No se puede justificar que la mayoría de los empresarios que deseen realizar una ocupación del dominio público se deban regir por una Ordenanza aprobada por el Pleno con todas las garantías de procedimiento e información pública mientras que ‘algunos’ vean amparada la utilización del espacio de todos con unas disposiciones contrarias a la norma general (menos restrictivas y garantes que la misma) aprobadas directamente por la Junta de Gobierno Local, órgano que no es representativo más que de las facciones políticas que en cada momento gobiernen el municipio.
Pero aún más graves son los distintos supuestos de excepcionalidad en las autorizaciones, pues aquí será simplemente el edil del ramo el que podrá concederlas, sin más. Y además en supuestos que la Asociación encuentra especialmente perjudiciales para el interés público, como la posibilidad de instalar en la calle mostradores, frigoríficos, máquinas recreativas, televisores, o apilar mesas y sillas en el exterior fuera del horario establecido.
Alega también la Asociación que no se aprovecha la ocasión para relacionar las disposiciones de la Ordenanza con la regulación sobre ruidos o las Zonas Acústicamente Saturadas que el Ayuntamiento debió por imperativo legal aprobar hace tiempo. Solo se contiene una mención a unos “niveles de ruido superiores a los máximos establecidos en la Ordenanzas de Medio Ambiente”, pero se obvia que la vigente Ordenanza para la prevención del ruido del Ayuntamiento de Málaga no establece realmente valores límite para las ocupaciones con terrazas, sino solo objetivos de calidad acústica.
Respecto de esta cuestión de los ruidos, la Asociación manifiesta también su escepticismo por la referencia que hace de pasada la Ordenanza a los famosos toldos fonoabsorbentes. Tal como se plantean y con independencia del escaso resultado que han dado en otros lugares, como Castellón, los toldos conllevan problemas importantes de encaje urbanístico. Esas estructuras, que no pueden denominarse toldos, suponen un atentado frontal a la estética y la imagen urbana del centro histórico, que se convertirá en un lugar “difícilmente distinguible de un vulgar parque temático, de chiringuitos de playa o de la Feria de Sevilla”.
Los vecinos también solicitan expresamente un aumento del ancho previsto para la zona libre de terrazas de las calles, pues consideran que si el Ayuntamiento practica una política de constante incremento de la atracción de personas al centro, ello debe conllevar reservar espacios mucho más amplios ya no solo al paseo de los viandantes, sino al mero paso de los mismos o a los servicios de emergencia y evacuación.
Finalmente, la Asociación insiste en que es indispensable delimitar con claridad y con los suficientes elementos señalizadores las ocupaciones permitidas para los usos comerciales de las vías públicas, para que sean así identificables por los servicios de control municipales y también por los ciudadanos en general.